"El miedo al contacto, a acercarse a los demás, es el miedo a la muerte. ¿Por qué? Porque es el miedo a la comunidad.
Cuando te separas de quien está sentado a tu lado en el autobús o cuando evitas hurgar en la carne de un paciente, es por miedo a la comunidad. Esa gran comunidad.
Trabajamos con personas que han aceptado su lugar en la comunidad. Un cadáver no exige nada. Con sublime generosidad entrega su cuerpo a la ciencia que nos pertenece.
La nueva ley exige que obtengamos el consentimiento de la familia para hacer disección a un cadáver. La ley puede dificultarnos el trabajo, pero si preguntamos abiertamente y de manera razonable, no pueden discutirnos el sentido de la disección. 
La ley de los vivos nos obliga a preguntar primero. La ley de los muertos es entregar. Eso inspira respeto.
...Quien no se toma en serio la patología, no se toma en serio la vida"